viernes, 20 de marzo de 2009

Materiales absorbentes

Una de las propiedades que presentan los distintos materiales es la absorción sonora, que se define como la capacidad para transformar la energía sonora en otros tipos de energía.

Esta propiedad de los materiales se aprovecha tanto para el aislamiento acústico de los recintos como para su acondicionamiento.

Se define el coeficiente de absorción acústica como la relación entre la energía incidente sobre la superficie y la energía absorbida por el mismo. Una superficie totalmente reflectante tendría un coeficiente de aborción sonora igual a 0 y una superficie totalmente absorbente igual a 1.

Las propiedades de absorción acústica dependen de la frecuencia de la onda sonora incidente, suelen proporcionarse como curvas de absorción:


Se distinguen los siguientes tipos de materiales de acuerdo a su absorción:


  • Materiales resonantes: presentan su máxima absorción a una frecuencia determinada (frecuencia propia del material).

  • Materiales porosos: presentan un mayor coeficiente de absorción conforme aumenta la frecuencia, es decir, absorben mejor los sonidos agudos que los graves.

  • Absorbentes en forma de membrana o panel: convierten la energía sonora en mecánica al deformarse ondulatoriamente al ser excitados por el sonido. Las absorciones máximas son para bajas frecuencias.

  • Absorbente Helmholtz: disipan unas sólo unas determinadas frecuencias para las que han sido diseñados.
Materiales resonantes

Se suelen emplear en forma de placas y se emplean en los casos en los que debe realizarse un tratamiento especial a bajas frecuencias y se dispone de un espacio reducido.

Su configuración es en forma de lámina o placas que vibra sobre un colchón de aire.

El coeficiente de absorción depende de las pérdidas internas del material de la placa y de las pérdidas por rozamiento en las sujeciones. La absorción puede aumentarse rellenando la cavidad de aire con materiales absorbentes.

Materiales porosos

Este tipo de materiales presentan una estructura formada por una serie de cavidades de aire unidas entre sí.

Al inicidir la onda sonora sobre el material, una parte importante de su energía penetra en sus intersticios, provocando el movimiento de las fibras y convirtiendo la energía sonora en energía cinética. El aire que ocupa las cavidades entra en movimiento rozando con las fibras en movimiento y convirtiendo la energía cinética en energía calorífica.

Las lanas de roca y lanas de vidrio son ejemplos de este tipo de materiales. Se emplean en combinación con materiales rígidos.


Los valores óptimos de absorción (del orden del 99 %) se presentan para espesores que coinciden con 1/4 de la longitud de onda.

Los espesores empleados en la práctica están condicionados por las limitaciones de espacio y costo. Normalmente se emplean espesores de 3-4 cm con densidades de 70-80 kg/m3.

Resonadores de agujero o de Helmholtz

Se presentan en forma de placas como las anteriormente descritas, con la salvedad de que presentan una serie de perforaciones en su superficie.

Las cavidades se encuentran rellenas con el aire del recinto a través de una pequeña abertura que es el cuello del resonador. Al incidir la onda sonora en el aire de la cavidad provoca continuas compresiones y enrarecimientos de manera que disipa la energía de la onda sonora.

Los resonadores presentan elevados valores de absorción acústica en un estrecho rango de frecuencias, por lo que se emplean cuando se desea corregir la absorción acústica de un recinto a dichas frecuencias. En el caso de rellenar la cavidad con materiales absorbentes porosos pierden parte de su eficacia a su frecuencia de diseño ampliándose el rango de eficacia.

lunes, 16 de marzo de 2009

Insonorización casales de falla

El Consell de la Generalitat Valenciana ha propuesto clasificar los casales de Falla (y otras asociaciones análogas) se clasifquen en 3 categorías. Esta medida tiene como objetivo que estos establecimientos gestionen sus licencias y se ajusten a la normativa vigente aplicable a locales de actividad, favoreciendo la convivencia entre vecinos.
En principio se propone una clasificación segín 3 categorías:
  1. Casales gestores en los que sólo se realizan tareas administrativas, pudiéndose realizar las reuniones y juntas de la comisión.
  2. Casales no abiertos a la pública concurrencia, que sin ser considerados como lugares públicos, podrían realizar actividades lúdicas y de ocio dirigidas únicamente a los componentes de la falla. Estos locales podrían disponer de ambientación musical.
  3. Casales abiertos a la pública concurrencia, que además estarían abiertos, habitual u ocasionalmente, al público en general y por lo tanto estarían sujetos a la Ley de Espectáculos, debiendo respetar criterios de aforo, medidas de evacuación, protección contra incendios y de aislamiento acústico, entre otras cuestiones.

Según el conseller Castellano esta tipificación está abierta a todo tipo de sugerencias, incluyendo las que partan desde las asociaciones vecinales. Por este motivo, se constituirá una comisión de trabajo que estará integrada por la Generalitat, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, representantes de las Juntas Locales Falleras y las asociaciones de vecinos más representativas de la Comunitat. El objetivo es buscar una solución consensuada.

Teniendo en cuenta la clasificación propuesta los locales de las categoría 2 y 3 deberían adaptar sus instalaciones a la normativa de aplicación.

Aunque pueda parecer que estas medidas vayan encaminadas exclusivamente a la insonorización de los locales, hay muchos otros aspectos a considerar: ventilación, protección contra incendios... Por lo que mi recomendación es que las comisiones falleras pongan el asunto en manos de técnicos competentes y que elaboren proyectos que incluyan todas las medidas correctoras.

Centrándonos en los requisitos de la Ley de protección contra la contaminación acústica, los locales deberían pasar una auditoría acústica inicial en la que se pueda diagnosticar el estado del mismo. A partir de estos resultados se deben diseñar el conjunto de medidas correctoras para adecuar el local a los requsitos de la correspondiente categoría.

La insonorización de un local no es ni fácil ni barata, por lo que aconsejo dejar el asunto en manos de profesionales del sector, ya que hay que tener experiencia y conocimientos para hacer un buen trabajo. Los trabajos de malos profesionales acaban saliendo caros.

Finalmente una vez adecuado el local se debe pasar la auditoría acústica final mediante la cual se puede acreditar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de contaminación acústica.

De todos modos no hay que precipitarse de momento, ya que todo está en fase de estudio y hasta que no haya una normativa firme no es conveniente tomar decisiones.